Hasta mediados del siglo XX el papel ha sido el material por excelencia empleado para la transmisión del saber del hombre, a partir de entonces sus aplicaciones no tienen límites.
Existen más de 500 papeles diferentes y esa gran variedad es producto de su constante adaptación a nuevos usos. Se trata de un producto con un alto valor añadido y de alta tecnología, con sorprendentes prestaciones y sorprendentes aplicaciones. La industria del papel ha evolucionado tecnológicamente dotando al producto de nuevas propiedades, al tiempo que las tintas han entrado en una imparable dinámica de eficiencia medioambiental.
El 30% de los papeles que hoy usamos no existían hace 10 años y sus usos están relacionados con la educación, el arte, el comercio y hasta la sanidad.
El papel desempeña funciones importantes en diferentes y muy interesantes en diversos sectores que seguro desconocías:
Aunque estamos sumergidos en la era digital, el papel tiene un futuro prometedor. Gracias a sus características, el papel se posiciona como el camino al futuro sostenible. La madera con la que se hace papel es España, está continuamente regenerándose y replantándose.
Dentro de la industria papelera, el sector del envase y embalaje es el que tiene mayor peso y siempre recurre a modificaciones y pequeñas innovaciones para satisfacer las necesidades del cliente. Las ventajas competitivas del papel (cartón ondulado, sacos y bolsas) destacan frente a otros materiales alternativos para el embalaje gracias a que es reciclable, renovable, solido, resistente, ligero, de gran adaptabilidad, higiénico, ofrece una gran calidad de impresión y resulta eficaz como vehículo de marca.