La flexografía utilizada como proceso de impresión fue inventada en Francia en 1905 por Houleg. Se trata de un sistema de impresión en alto relieve, por la que unas zonas de la plancha están más altas que otras y son las que dejan su impresión en el papel.
El sistema en realidad es el mismo que utiliza la tipografía, la diferencia radica en las planchas que se utilizan. Mientras que en la tipografía la plancha puede ser más rígida, el material usado en flexografía como su propio nombre indica es flexible y gomoso. De hecho en un principio se conoció el proceso bajo el nombre de impresión con goma.
Es el método más utilizado para la estampación de envases y paquetes. En los años 50 la técnica desarrollo la estampación con tintas de base alcohólica y acuosa en lugar de utilizar las tradicionales de anilina que eran mucho más tóxica.
Posteriormente la utilización de planchas basadas en fotopolímeros en vez de las de caucho ha supuesto una revolución en la técnica.
¿Cómo es el proceso de impresión a través de esta técnica?
Las planchas o la plancha que va a llevar el diseño a imprimir llevan la imagen en forma invertida. Las zonas que van a imprimirse estarán en relieve.
La plancha se ajusta al cilindro o portaplanchas y se engancha al sistema.
En el sistema se ajusta también el cilindro de cerámica o acero que recibe la tinta y que la diseminará a través de sus huecos. Este cilindro gira y entra en contacto directo con la plancha proporcionándole las tintas en las zonas de relieve.
La plancha entintada entra en contacto con el material que se imprime. Las tintas utilizadas suelen ser de rápido secado.
Mediante este sistema simple se imprime en un color, para la impresión en varios colores serán necesarios varios cuerpos que desarrollen el mismo proceso.
La mayor ventaja de la impresión flexográfica es que es debido a las planchas flexibles claramente apta para superficies desiguales como el cartón arrugado.