Los términos logística y transporte suelen confundirse. Al decir la palabra “logística” probablemente nos vengan a la cabeza imágenes como un gran barco cargado de contenedores, un avión en el aeropuerto, un camión, un tren… Y, muy probablemente, sean esas las mismas imágenes las que nos evoque la palabra “transporte”.
Este artículo va a tratar de responder a estas preguntas y a dejar clara la cuestión. En primer lugar, transporte es cualquier medio con el que podemos hacer que algo (una persona o una mercancía) vaya de un lugar A a un lugar B. Así, una bicicleta puede ser un medio de transporte, pero sólo una “Glovo” o “Deliveroo” va a ser logística.
Una avioneta, una moto, un coche… también son medios de transporte, pero, aunque fundamentales para la logística, no son en sí mismos logística. ¿Qué es entonces uno y otro? Por decirlo de forma sencilla, podríamos decir que el transporte es la principal herramienta de la logística, hasta el punto de que se acaba de identificar a esta disciplina con él.
Sucede lo mismo en medicina con los doctores y los fonendoscopios. De hecho, en muchas ocasiones a un doctor se lo identifica con un fonendoscopio del mismo modo que a la logística se la identifica con el transporte… Cuando, en realidad, tanto en un caso como en otro, son sólo medios de realizar el trabajo de cada uno.
Y si el trabajo del médico o doctor lo conocemos todos…
Muy sencillo. La logística, lo que busca es articular una serie de medios indispensables para poder satisfacer una demanda económica y al hacerlo, lo hace intentando ofrecer las mejores condiciones de calidad, de precio y de servicio.
De esta manera, el transportista es el hombre o la mujer que conduce el camión, tren o barco que lleva nuestras mercancías.
El especialista en logística, por su parte, sería la persona que analizaría las rutas, estudiaría costes logísticos cuál es el medio de transporte más económico y seguro, el que nos da el producto en el tiempo que necesitemos (pues de nada nos sirve importar fruta en barco por barato que sea si va a llegar podrida) y el que hará, en definitiva, que las mercancías viajen de la forma más óptima posible.
Detrás de la logística, a diferencia de lo que ocurre con el transporte, existe toda una estrategia que articula y moviliza a diferentes actores. El departamento de logística de una empresa debe gestionar paquetes, analizar pedidos, contratar transportistas, organizar las cargas… y muchas otras cosas que van más allá de las carreteras, las vías de tren y las aguas en las que se desarrolla el transporte.
Así, por ejemplo, la logística además de con los camiones y otros medios de transporte, también tiene mucho que ver con cómo se gestionan los almacenes. Estos espacios son fundamentales y una pieza totalmente clave en cualquier proceso logístico ya que sirven para interconectar diferentes transportes de un lugar a otro y para ayudar a los gestores logísticos a planificar mejor su distribución.
Aspectos como el embalaje, el tipo de transporte y otros aspectos que pueden parecer “secundarios” desde el punto de vista de un transportista, son el día a día de los especialistas en logística que tienen por profesión, ni más ni menos, que pensar en todos los aspectos clave para hacer que las mercancías y productos de una empresa acaben allí donde los clientes las necesitan.