Optimizar el sistema de envase y embalaje de una empresa significa pasar a aprovechar mejor los recursos limitados: materiales y tiempo. Desde Nonslip, se ofrecen algunas claves para mejorar la eficiencia en la cadena de producción con nuestro papel antideslizante.
Garantizar la integridad de los bienes a lo largo de la cadena de producción mediante la optimización de los sistemas de envase y embalaje forma parte de los objetivos de la función de I+D+i de cualquier empresa, convirtiéndose en objeto de estudio.
Por supuesto, este proceso de optimización depende en gran medida de las características particulares de cada caso, por lo que se deberá llevar a cabo una investigación personalizada bajo una perspectiva de funcionalidad y eficiencia.
En general, conviene contar con una visión general en cuanto a las principales líneas de actuación, para adaptarlas a la empresa en concreto. Lo más importante es el desarrollo de metodologías para la optimización que se adapten a su sistema de producción.
Un ejercicio útil para desarrollar buenas prácticas de optimización del sistema de envase y embalaje consiste en realizar simulaciones más realistas de las condiciones de distribución durante el proceso de transporte.
Asimismo, conviene idear modelos para estandarizar las referencias para los envases y embalajes, basándose en la optimización del espacio, que es otro recurso limitado más con el que cuenta la empresa.
Además, resulta una buena idea realizar prácticas de sensorización, es decir, utilización de sensores de humedad o presión, para optimizar la calidad e integridad de los envases y embalajes de la empresa.
En definitiva, a la hora de optimizar el sistema de envases y embalajes, cada empresa es un mundo. Sin embargo, podemos aplicar un esquema general que nos ofrezca unas líneas básicas de actuación para lograr este objetivo y aprovechar mejor los recursos.
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