Son muchas las razones por las que cada vez hay que prestar mayor atención al transporte de alimentos, y es que la calidad y trazabilidad en dicho proceso debe ser perfecta para que pueda pasar los exámenes pertinentes y la legislación indicada para tales casos, una legislación cada vez más dura.
Por medio del transporte de alimentos, los usuarios pueden gozar de estos en cualquier parte del mundo. Tierra, mar y aire son las formas en las que los alimentos viajan desde su lugar de producción hasta la mesa del consumidor. Un proceso que, pese a que cuente con miles de kilómetros de por medio, garantiza al consumir una calidad máxima de aquello que está ingiriendo.
Desde el año 1970 se creó el “Acuerdo sobre transportes internacionales de mercancías perecederas y sobre los vehículos especiales utilizados en estos transportes (ATP)”, aplicable a transportes de alimentos tanto nacionales como internacionales.
Pese a la rigurosa normativa existente, hay que destacar dentro del sector alimenticio, el caso del transporte de alimentos preparados.
Estos alimentos, se dirigen a un público muy concreto. Niños y ancianos. Lo que hace que las medidas de calidad sean, si cabe, mayores que el resto. Y no es para menos, ya que se trata de dos públicos que poseen un riesgo mayor de contraer algún tipo de enfermedad.
El principal factor a la hora de transportar alimentos preparados que hay que tener en cuenta es la temperatura del mismo durante su transporte.
Pero no solo hay que tener en cuenta la temperatura de su transporte. En la elaboración del mismo, es necesario cumplir con la normativa vigente y cargar los contenedores isotérmicos lo más llenos que sea posible, para que de este modo la pérdida de temperatura se la menor posible.
Durante su transporte, que no es obligatorio en vehículos ATP, se deberá tener especial cuidado en la colocación de los mismos, ya que con una adecuada estructura de la carga se podrán evitar contaminaciones o pérdidas de hermeticidad de los envases.
Una vez los alimentos preparados llegan a su destino, es imprescindible revisar bien todos los envases para evitar errores en la cadena e introducirlos inmediatamente en cámaras, frigoríficos o mesas calientes para que lleguen al consumidor en un estado óptimo.