El embalaje logístico es aquel que se refiere a todos los materiales, procedimientos y métodos que se usan para presentar, almacenar y transportar una mercancía en las empresas. La eficacia y la eficiencia a la hora de poder realizar el transporte de manera adecuada rigen los requisitos de las empresas que suministran estos materiales para el sector logístico.
Las normas básicas que rigen este proceso son las siguientes:
El embalaje en España debe respetar la legislación europea de prevención de riesgos de salud del consumidor y protección del medio ambiente, y en especial el tratamiento de los desechos.
Deben ser lo más ligeros que sea posible y a su vez, deben poder soportar la carga requerida.
Toda la información esencial sobre el producto debe aparecer etiquetada en su envase. La etiqueta debe situarse en la parte posterior o anterior del embalaje y en español. Aquí es importante recalcar que se permite utilizar también otros idiomas además del español atendiendo a razones comerciales. En las unidades de medida es obligatorio usar el sistema métrico. El marcado de origen, el popular “hecho en”, debe ser informado en el etiquetado y podrá ser sometido a control por parte de la oficina de aduanas.
Ciertos productos como alimentos, electrodomésticos, ropa deportiva y textiles tienen reglas especiales establecidas por la Legislación Europea. De la misma manera, cigarrillos, fármacos, cosméticos, fertilizantes, fungicidas o productos eléctricos pueden estar sujetos a una regulación específica.
La importancia de la innovación
El sector el embalaje en España ha tenido que librar una dura batalla por la reciente crisis económica y la competencia de empresas asiáticas. El camino para la recuperación ha sido la apuesta por la innovación. La investigación ha trascendido la función del envase como mera protección de la carga para centrarse en otras características como el ahorro de consumibles, la resistencia mecánica o la aplicación de nuevas tecnologías para el seguimiento del producto.
A la investigación en innovación se ha unido un cambio en la explotación de las empresas que cada vez más cuentan con la exportación como método comercial. El comercio internacional como práctica habitual ha provocado cambios en el sector del embalaje en forma de certificaciones de calidad cada vez más exigentes.